De ver dan ganas
david Legislación, Prevención Legislación, Prevención, Tabaquismo 0
El poder de la imitación y la influencia de los medios en el consumo temprano de tabaco.
Imitar es una conducta instintiva, de ese modo aprendemos los seres humanos de nuestros padres y del resto de la sociedad. El lenguaje se aprende por imitación, el área del cerebro encargada del proceso es capaz de decodificar y apropiarse de los fonemas de cualquier idioma hasta los 10 u 11 años; de ahí la importancia de iniciarse en el estudio de las lenguas en la infancia. La risa y las inflexiones de nuestro hablar también se ven moldeadas por aquello a nuestro alrededor.
Ejemplos tenemos muy obvios y muy sutiles, pero, si de algo padecemos con respecto a la imitación es en el aprendizaje vicario. Este se refiere al aprendizaje derivado de las observaciones que hacemos de los demás, en particular, de los resultados positivos y negativos de la conducta de otros.
De acuerdo con el grado de desarrollo de las especies, estas aprenden de los errores de los demás, siendo capaces de evitar ser comidos por un depredador, consumir algún alimento venenoso, desviarse de senderos donde han ocurrido accidentes. También se aprende de los aciertos de los demás, es por eso por lo que somos capaces de emplear una herramienta después de ver al otro usarla.
¿Entonces, por qué padecemos?
Pues, porque nosotros somos pésimos en eso del aprendizaje vicario. Nuestra individualización como especie, el alejamiento de las respuestas de supervivencia, la simplificación en muchos aspectos de la vida, la capacidad de discernir y de razonar nos han llevado a ignorar esos ejemplos. Somos, como dice el dicho, el único animal que se tropieza dos veces con la misma piedra.
Los hijos de padres fumadores tienen hasta 50% más probabilidad de volverse a su vez fumadores y mucho de ese porcentaje lo determina la imitación, o como otros dirían: el ejemplo.
Cuando uno fuma, dependiendo de la etapa de fumador en la que se encuentre, no verá objeción en otros fumadores, aun si se trata de los hijos. Para muchos padres es algo normal o hasta inevitable. Muchos hijos tampoco ven el problema y empiezan a fumar al encender el cigarro a los padres o hermanos mayores o a fumar las colillas dejadas en los ceniceros.
Esta influencia sale de los confines del hogar y migra a la escuela, ahí el asunto importante es “pertenecer”. Los seres humanos nos hemos agrupado desde la prehistoria, y aunque los motivos han cambiado, la necesidad se mantiene, basta ver la cantidad de grupos disponibles: religiones, deportes, gustos musicales, estilos de vida, etc.
La escuela es una comunidad con grupos delimitados por el grado escolar, pero, al interior de su población la integración se basa en la personalidad y la popularidad. Siendo así, si mi grupo de elección fuma, es más probable que yo lo haga o bien, que me elijan si yo lo hago.
La modernidad nos ha llevado a un tercer tipo de influencia de alcances mucho más profundos y transformadores, me refiero al estereotipo del éxito. Ahora nos dicen qué es lo bonito, lo feo, qué lo correcto o incorrecto, cómo vestirnos, cómo hablar y hasta en qué creer. Casi la totalidad de la humanidad estamos inmersos en la persecución de algún modelo de vida. Perseguimos estándares inalcanzables y nuestros héroes y heroínas ya no lo son por sus actos, sino por su fama.
Es por ello por lo que la influencia de los medios masivos preocupa, y mucho, a quienes nos dedicamos a la salud.
La anorexia es un tema muy relacionado con los modelos equivocados de belleza impuestos por la moda; lo vemos y reaccionamos, casi siempre, con rechazo a este estándar y los daños causados a miles de niños y jóvenes.
Lo mismo sucede con el tabaco, ahí estuvo por años el hombre Marlboro, montado en su caballo recorriendo las llanuras con su cigarro en la boca. Los actores y actrices desde los años 40’s han aparecido fumando en películas y anuncios publicitarios como ejemplos de una vida deseable.
La ley prohíbe ahora los anuncios de tabaco y el hombre Marlboro se quedó sin trabajo, pero consiguió otro al volverse en embajador de la lucha contra el tabaquismo cuando le diagnosticaron cáncer de pulmón. Lo hizo hasta su muerte, sin embargo, esas historias no se publican en revistas ni periódicos.
La exposición a imágenes de fumadores y productos con tabaco se vive ahora en el cine, la televisión y el Internet. Las marcas de cigarros patrocinan actores y cantantes y en aras del arte cinematográfico se siguen mostrando escenas de fumadores en películas y series para todas las edades.
De acuerdo con la OMS, en América Latina, Argentina y México son los países en donde el cine más taquillero tiene escenas con fumadores aun en películas para niños y adolescentes. En Estados Unidos, se han hecho estudios que muestran cómo el 37% de los menores de 15 años empezaron a fumar por influencia de las películas donde se muestran a fumadores.
Los hallazgos han hecho que se regulen dichas escenas. Ahora, solo pueden aparecer en películas para mayores de 13 años y con las siguientes instrucciones:
– Una advertencia al inicio donde se diga que la película contiene escenas de fumadores.
– Una nota al final donde se declare que no hubo patrocinio de las tabacaleras en la realización de las películas.
– Dejar de mostrar las marcas de los productos en la película.
Suena muy exagerado pero el poder de la imitación y la necesidad de pertenencia son innegables.
En México no existen esas prohibiciones como tal, aunque sí están contempladas dentro del convenio Marco para el Control del Tabaco.
Prevenir el consumo de tabaco es un seguro de vida y un excelente modelo que seguir para los jóvenes. Si fumas, habla con tus hijos para que ellos no lo hagan. Si ven películas con escenas de fumadores o cualquier escena no apropiada para ellos, discutan al final sobre ello y exploren los sentimientos de sus hijos al respecto. No dejen las lecciones importantes de vida a los publicistas y a las celebridades.
Referencias
WHO. 2015. Smoke-free movies: from evidence to action. Third Edition; World Health Organization. Recuperado el 18 de septiembre de 2017 de: http://www.who.int/tobacco/publications/marketing/smoke-free-movies-third-edition/en/
Heatherton, T. F., & Sargent, J. D. (2009). Does Watching Smoking in Movies Promote Teenage Smoking? Current Directions in Psychological Science, 18(2), 63–67. http://doi.org/10.1111/j.1467-8721.2009.01610.x