Comorbilidad Psiquiátrica en Fumadores
Salud Mental Adicción, Psicología, Tabaquismo 0
Este tema es muy importante por su relevancia actual y las implicaciones que tiene en la salud de la población en general. Para abordarlo se necesitan una serie de precisiones con respecto a nuestra idea de salud mental y de tabaquismo.
- La enfermedad o trastorno mental no es una invención u ocurrencia. Es una condición médica tal como la diabetes o la hipertensión.
- Los enfermos mentales no están “locos”, esa es una idea equivocada derivada del desconocimiento de la enfermedad.
- Las enfermedades mentales pueden ser una causa real y grave de discapacidad en las personas.
- Las adicciones son enfermedades mentales.
- El tabaquismo es una adicción y entra dentro de la clasificación internacional de enfermedades mentales.
Existen dos tipos de clasificación de los trastornos mentales aprobados por la comunidad médica:
- El ICD-10. Clasificación Internacional de las Enfermedades (International Classification of Diseases) de la Organización Mundial de la Salud.
- DSM-V. Manual Diagnóstico y Estadístico de Desórdenes Mentales. Quinta Edición.
En cada uno se agrupan los distintos trastornos mentales y se les asigna una clasificación con letras y números que ayudan al profesional de la salud a enmarcar el diagnóstico con criterios aceptados por todos. A pesar de tener sus detractores, siguen siendo usados por la comunidad médica y científica de todo el mundo.
Pues bien, el tabaquismo está catalogado en cada uno de ellos como un desorden mental, en el ICD-10 tiene la clasificación F17. Desorden mental y conductual derivado del uso del tabaco. El DSM-V lo incluye en el capítulo de los Desórdenes adictivos y asociados a una sustancia, con el número 305.1. Desórdenes relacionados al tabaco.
Pasando, ahora sí, al tema de la comorbilidad psiquiátrica, hay evidencia apuntado a una relación entre las sustancias adictivas y la presencia de otros desórdenes mentales. En Estados Unidos, el 44% del tabaco es comprado por personas con alguna enfermedad mental; En el Reino Unido es el 42%.
Los alcohólicos tienen altas tasas de tabaquismo y es más posible que mueran de una enfermedad asociada al tabaco que al alcohol. Es cierto que ambas sustancias son drogas legales y sociales, sin embargo, se ha observado que los fumadores no necesariamente toman, pero, de aquellos quienes consumen alcohol, el 60% fuma.
La enfermedad mental más asociada al tabaquismo es la esquizofrenia, en estos pacientes se encuentra una tendencia a la adicción a la nicotina tres veces más alta que en la población general. Entre el 70 y 90% de los esquizofrénicos son adictos a la nicotina.
En los pacientes con trastorno depresivo, trastorno bipolar o trastornos de ansiedad, el tabaco puede funcionar como una automedicación. Este fenómeno se presenta cuando uno consume algo que ayuda a controlar los síntomas derivados de algún trastorno.
El tabaco libera dopamina y otros neurotransmisores involucrados en esos desórdenes mentales, su consumo sirve, en algún grado, como medicamento y la probabilidad de hacerse adicto también aumenta.
¿Qué es primero, la enfermedad o el cigarro?
Esta es la pregunta que ocupa los espacios de investigación de mucha gente en la actualidad por dos razones principales.
- Primero, porque hay mejor entendimiento sobre la enfermedad mental la cual se diagnostica más y se sataniza menos; el tabaco agrava la condición exponiendo al sujeto a otras alteraciones en el cerebro y enfermedades extra derivadas del consumo.
- Segundo, porque la edad de inicio del consumo ha variado mucho a lo largo de las décadas.
En México, la edad promedio de inicio del consumo de tabaco en 1930 eran los 21 años, en la actualidad, las Encuestas Nacionales de Adicciones la colocan en los 13 años y eso complica el diagnóstico.
Las enfermedades mentales comúnmente empiezan a dar síntomas durante la adolescencia y se desarrollan en su totalidad entre la segunda y tercera década de la vida. Hemos hablado de cómo el tabaco altera el desarrollo del cerebro en quienes inician su consumo en la infancia o adolescencia. Entonces, el aumento en la prevalencia de trastornos mentales en esta población puede tener dos explicaciones.
- El tabaco modificó al cerebro y lo predispuso al desarrollo del algún trastorno.
- El individuo estaba enfermo previamente y comenzó a fumar como mecanismo de automedicación.
No hay una respuesta definitiva en cada caso y se requiere de una historia clínica médica y mental muy detallada para arriesgarse por una explicación o la otra.
Por si fuera poco, este problema no se queda ahí; está todo el manejo de las enfermedades y su tratamiento.
Vamos a hacer un poco de historia.
Hubo épocas en las que las actuales drogas fueron tónicos y medicinas, desde el tabaco hasta la heroína, las farmacéuticas los han empleado como medicamentos antes de ser prohibidas por los daños causados a las personas.
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Dentro de todas las drogas, el tabaco se ha quedado como una adicción de consolación. Aun ahora que se saben los efectos tan graves derivados de su consumo, muchos médicos psiquiatras, manicomios o casas de recuperación, le permiten fumar a sus internos por considerarlo el menor de los problemas.
Aquí el engaño es muy peligroso. Los tratamientos para la esquizofrenia, por ejemplo, son menos eficaces en fumadores que en no fumadores y se ha demostrado cómo la nicotina “permea” al cerebro y abre la puerta al consumo de otras sustancias adictivas.
Los desórdenes mentales también pueden ser, en sí mismos, una contraindicación para el uso de las medicinas diseñadas para dejar de fumar.
Y finalmente, es una carga de enfermedad mucho mayor para las personas. De acuerdo con los estudios, los pacientes con algún trastorno mental mueren en promedio 15 años antes que el resto de la población, y en la mayoría de los casos es de enfermedades relacionadas al consumo de tabaco.
No por nada el mejor tratamiento para dejar de fumar es el que involucra médicos y psicólogos o psiquiatras. Un fumador tiene detrás mucho más que un cigarro entre los dedos.
Y por supuesto, el valor de la prevención del inicio del consumo de tabaco en niños y adolescentes es algo más que deseable para ayudarlos a reducir la carga de enfermedad de todo tipo a lo largo de su vida.
Referencias
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